Fotografía tomada en una salida procesional de los años 20 |
dice una voz popular.
Cuatro jinetes, decían,
sobre el mar de la ciudad.
Uno,
muy joven, blandía
una espada sin piedad;
roja la caballeria
y una consigna: ¡Matar!
una espada sin piedad;
roja la caballeria
y una consigna: ¡Matar!
Del
otro jinete huía
temblando la humanidad.
Sobre su espalda saltaban
las flechas en su carcaj.
temblando la humanidad.
Sobre su espalda saltaban
las flechas en su carcaj.
El
tercero sostenía
una balanza sin más.
Pesaba y pesaba días,
sin un mendrugo de pan.
Pesaba y pesaba días,
sin un mendrugo de pan.
Y
del último, decían,
era la hora final.
Una tumba aún vacía;
un muerto sin enterrar.
era la hora final.
Una tumba aún vacía;
un muerto sin enterrar.
Del
álbum “In ictu oculi”, de NO&DO. Autor: Paco Jiménez.
Dicen las leyendas populares, que el misterio de la hermandad de la exaltación tenía cuatro caballos. Incluso alguno se aventura a afirmar, que por el peso, en más de una ocasión el mismo paso se vio abandonado.
Ha
sido incluso carne de poesía esta habladuría, como podemos leer en
los versos anteriores, aunque, en los siguientes resuelve:
Cuatro
caballos tenía,
dice una voz popular.
Cuatro jinetes, decían,
sobre el mar de la ciudad.
dice una voz popular.
Cuatro jinetes, decían,
sobre el mar de la ciudad.
Pero
el niño no entendía:
-¿Y los que faltan, papá?
(Llevaba la cofradía
dos caballos nada más).
-¿Y los que faltan, papá?
(Llevaba la cofradía
dos caballos nada más).
-Se
escaparon un mal día,
cada uno en su alazán.
Cabalgan en noches frías.
Con ímpetus de huracán.
cada uno en su alazán.
Cabalgan en noches frías.
Con ímpetus de huracán.
-Son
del mundo la agonía,
el hambre... la enfermedad;
las guerras de cada día
que acaso no acabarán.
el hambre... la enfermedad;
las guerras de cada día
que acaso no acabarán.
Y
resulta, que hay quienes han relacionado este “saber” popular con
una exageración llevada a la exageración. Esto es, porque, ya desde
hace más de un siglo, el paso llegaba a alcanzar las tres toneladas
y media de peso, y probablemente alguien diría algo parecido a
<<parece que van cuatro caballos>>.
Otra
interpretación es la de alguien que, nunca mejor dicho, ha sumado
dos y dos. Contando los que van arriba, y contando los que van en las
cartelas de la canastilla del paso.
Lo
que está bien claro, es que, al menos, desde un muy temprano siglo
XX, la hermandad contaba con dos figuras ecuestres en el paso, como
queda reflejado en los anales históricos publicados en la web de la corporación, donde podemos leer un párrafo correspondiente al año
1901, con motivo de una restauración:
“...Restaurar
los dos caballos, levantándoles la cabeza y variando las patas a
éstos, poniéndoles cola y arreos”
Esto
fue llevado a cabo por Emilio Pizarro. Al mismo tiempo que se produce
un cambio en la disposición de las figuras del misterio en 1960 por
el Profesor D. Ricardo Comas, Juan Abascal talla los dos caballos que
actualmente encontramos en el paso.
Quedó
reflejado en su informe de restauración:
"
Los dos caballos que figuran en la actualidad en el paso de Misterio
de esa Hermandad de la Exaltación, fueron tallados por Juan Abascal
Fuente en el año 1960 al mismo tiempo que se realizaba la nueva
distribución y restauración del resto de las figuras, con idea de
acercarnos a la composición que pudo darle Luis Antonio de los Arcos
y apoyándonos en el documento presupuesto[…] Los caballos actuales
sustituyeron a otro dos de factura artística más pobre y de menor
tamaño que no encajaban en la nueva composición del grupo."
Estas
dos primeras imágenes corresponden a la etapa anterior a la de Juan
Abascal:
En
la primera vemos al misterio en su paso por la calle Gerona, en el
año 1922. Presidido el paso por el “Sayón de la trompeta”,
imagen que no aparece en la disposición actual.
En
la segunda, nos encontramos una estampa correspondiente a los años
30 republicanos, en su paso por San Juan de la Palma.
Las
otras dos imágenes que hemos escogido, corresponden al año 1965, y
podemos ver cómo la trasera del Misterio de la Exaltación luce sus
dos nuevos caballos.
Queda clara una cosa, la cultura y leyenda popular sevillana, nunca dejará de sorprendernos y aportarnos nuevos y curiosos datos, así como reflexiones.
Queda clara una cosa, la cultura y leyenda popular sevillana, nunca dejará de sorprendernos y aportarnos nuevos y curiosos datos, así como reflexiones.
¡Con
dos o cuatro, pobres aquellas primeras cuadrillas de este “barco”!