> Al pie del Guadalquivir: El Cristo "gitano"

viernes, 26 de marzo de 2021

El Cristo "gitano"

Fuente: Web corporación
Existe una leyenda acerca de la hechura del Cristo de la Expiración de la Hermandad del Cachorro, donde se entrecruzan rumores, asesinatos, realidad y mitos. 

Este Crucificado fue encargado por la corporación al escultor Antonio Ruiz Gijón el 1 de abril de 1682, como figura en el contrato notarial. Es un Cristo que mira hacia el cielo, que parece suspirar, reflejado el preciso momento en el que expira su último aliento antes de morir. A estos años precisamente nos remontamos, al siglo XVII en Sevilla, concretamente en el barrio de Triana. 

En dicho barrio sevillano, en una zona llamada la Cava, se situaba un asentamiento gitano. Aquí vivía un hombre de unos treinta años, al que se conocía como Cachorro

Fuente: Web corporación



A menudo se le veía cruzar el río por el puente de barcas, desde la zona del Castillo de San Jorge hasta llegar a la otra orilla, donde estaban los barrios señoriales, por lo que no faltaban los rumores de que tenía un amor en aquellas calles.



Un acaudalado residente de la ciudad, comenzó a sospechar que este hombre era el amante de su esposa. Los celos llegaron hasta tal punto, que este señor, sabiendo que el gitano iba a visitar la venta Vela, lo esperó allí y le dio siete puñaladas, provocándole la muerte. 

Se dice que el escultor presenció este acontecimiento y vio la agonía del moribundo, esbozando a carboncillo en un papel un retrato del asesinado. Cuando retomó su trabajo, plasmó la expresión del Cachorro en la talla de un Cristo que, al igual que ese gitano de la Cava, se encontraba en sus últimos instantes de vida, expulsando su último aliento. 

Fuente: Web corporación
Ruiz Gijón, antes de presenciar la escena, se obsesionó por buscar en la talla del crucificado una perfección que fuera capaz de competir con los grandes artistas del momento, como lo eran Juan de Mesa, Pedro Roldán o Martínez Montañés. Una noche salió de su casa, por puro instinto, y caminó sin rumbo hasta llegar al lugar de los hechos, encontrando ahí su fuente de inspiración directa, lo que dio por resultado un Cristo humano, doliente. Eso provocó que, en años posteriores, se le comenzara a llamar Cachorro también al Cristo.


La justicia investigó acerca del asesinato cometido, llegando a demostrar que el gitano no iba a visitar a ninguna amante, sino a una hermana bastarda, y que no había manifestado su inocencia por temor a dañar el honor de ella, dada su condición de gitano.