> Al pie del Guadalquivir: Mariano Martín Santonja, afortunado bordador, vestidor de sus devociones

lunes, 30 de marzo de 2020

Mariano Martín Santonja, afortunado bordador, vestidor de sus devociones

Formado profesionalmente en el taller de bordado de la Hermandad del Calvario, Sevilla, y en el taller del convento de las hermanas filipenses de Santa Isabel, además de un autodidacta desde muy joven, Mariano Martín Santonja es uno de los bordadores que actualmente tiene la capital hispalense.

Entre sus numerosos trabajos, destacan, en Sevilla, el manto de la Virgen de Regla, la restauración del manto de Padilla de la Virgen de la Encarnación y su saya de salida, la túnica del Señor del Soberano Poder y de Nuestro Padre Jesús de la Presentación y un largo etcétera, contando también palios y obras menores repartidas por el plano geográfico andaluz y Madrid. 

Mariano ha tenido la amabilidad de atendernos y ha respondido a cada una de nuestras preguntas. En sus palabras se ve la veteranía, unida con su brillante ilusión y amor por su trabajo y su devoción mariana.

Sin más:



1.- ¿Cómo descubre su vocación como bordador? ¿De dónde viene y cuáles son los referentes?

Mi vocación empezó casi por casualidad, cuando era un crío realmente quería ser imaginero. Siempre me gustaron las actividades manuales y poco a poco… Empezó con una pequeña imagen para vestir, bordando las ropas, hasta que fueron llegando encargos más grandes y finalmente llegó la saya de la Virgen de Regla, con unos 20 años, a comienzos de los 90.

Mi referente, como maestro de bordadores, evidentemente ha sido Manuel Rodríguez Ojeda y sus sucesores, la familia Carrasquilla. Especialmente los diseños, los motivos pequeñitos son los que siempre más me han gustado, aunque no soy capaz de hacerle el feo a ninguna vertiente del bordado.





2.- ¿Abre su taller en 1998, cómo es abrirse paso en el mundo del bordado?

El taller lo abrí tras estar varios años en un cuarto de mi casa, una zona de trabajo improvisada. Empezaron a salir pequeños encargos, hasta que llegó uno más grande, un manto de salida para Mataró. Ahí ya tuve que irme a casa de mi abuela, una casa de vecinos; de dos habitaciones hice una y pude encargar un bastidor grande y lo mantuve durante 5 años como lugar de trabajo.

En 2001 adquirí un local cercano a la Puerta Osario y hace nada me he mudado a un local nuevo en la zona de San Jerónimo





3.- ¿Existe mucha competencia desleal en el oficio?

Todos hemos, a no ser que hayamos heredado un taller, empezado por abajo. Cobrando lo mínimo o solo los materiales, para poder abrirnos camino. Mi primera saya, para la Virgen de Regla, la conseguí hacer pagando los materiales, dando clases particulares.
Es un gran esfuerzo, pero, más que el problema de la competencia desleal, el inconveniente es la prensa amarilla del mundo cofrade. Hay muchas amistades y mucha “fauna” cofrade, como en todas las profesiones, que va buscando la crítica.

Aún así, se sobrelleva, porque la recompensa no tiene comparación, y te llena cuando los ves acabados y en la calle. Además, en las Juntas de Gobierno de las hermandades siempre va a haber gente seria y preparada, que no atienden a las malas lenguas.



Manto María Santísima de Regla
Hermandad de los Panaderos

4.- ¿Qué supuso para el taller el bordado del manto de la Virgen de Regla?



El manto de Regla fue una confirmación a todo el trabajo anterior. Ya había hecho cosas para San Benito y Panaderos, pero nada de esta magnitud. Sevilla es el punto de mira de todo el mundo cofrade, con un trabajo así siempre llega la repercusión. 
Cuando te van a contratar fuera, el referente es, principalmente, el trabajo que hayas hecho en Sevilla.



Fue un antes y un después.













5.- Entre sus trabajos más recientes, están los de su Hermandad de San Benito, con motivo de la celebración del XXV Aniversario de la Coronación de su dolorosa. ¿Qué ha supuesto este trabajo?

Ya había trabajado para San Benito, me estrené con unas dalmáticas, y además como vestidor, es un orgullo doble.


Las circunstancias han sido las menos propicias porque me cogió con la mudanza del local. Por esto tuve que llevar el manto a la hermandad y acabarlo allí; con la mudanza me partí una mano, con la saya aún por acabar, así que se tuvieron que echar horas de más en el taller porque yo no pude hacerlo; vestí a la Virgen con la mano escayolada para los cultos del aniversario… ha sido todo un desbarajuste, pero evidentemente, trabajar para la Virgen es algo que no tiene comparación.

Cuando salió aquel día camino de la Catedral lloré como nadie. Son cosas que pasan, que muchas se quedan entre Ella y yo. Fue muy emocionante.


Manto Nuestra Señora de la Encarnación
Hermandad de San Benito



6.- ¿Han cambiado las técnicas de bordado actuales respecto a las clásicas?

Las técnicas de los bordados siguen siendo las mismas. Hubo una época en la que se devaluó mucho el oficio, los 70. No se hicieron grandes cosas.

A día de hoy, como siempre, hay distintas calidades, pero las técnicas se han depurado mucho y se trabaja muy bien. Hay muy buenos profesionales.





7.- ¿En qué ha afectado la cancelación de la Semana Santa de este año a los trabajos del taller?

Es un problema bastante complicado. En mi caso, los contratos que tenía, de una forma u otra se van a retrasar, y esto es una pérdida económica. Se van a ralentizar los trabajos, los pagos, habrá que prescindir de gente en el taller…

Después de la crisis anterior, en el que este mundillo lo pasó especialmente mal, hay que estar preparado y atento.





8.- De sus obras, ¿Con cuál se quedaría?¿Hay alguna que haya sido especialmente complicada?

El manto de la Virgen de Regla, las dalmáticas de San Benito, que fueron mi primera oportunidad en la hermandad, la restauración del manto, la túnica del señor de Presentación y del Soberano Poder, el palio nuevo y la restauración del manto de la Patrona de Lucena…
Son trabajos que marcan, que han tenido complicaciones, pero así se suma experiencia y con los siguientes se sabe uno manejar mejor.





9.- Conocemos de cerca su faceta como vestidor, destacando en la capital las imágenes de la Virgen de Regla y de la Virgen de la Encarnación. ¿Qué significa para usted este oficio?

En mi caso, no lo considero como un oficio. Hay otras personas que sí, porque lo normal es que si no es en tu hermandad es algo remunerado. Yo mismo visto en Madrid, Huelva y otros pueblos de Sevilla. Es algo que te quita tiempo, así que es normal que sea así.

Lo que pasa, es que hoy en día se le da demasiada importancia al arte de vestir a las imágenes. Antes era una labor callada, algo de sacristía. En esto tienen mucha culpa las redes sociales también, buenas para unas cosas pero malas para otras…
Nuestra Señora de la Encarnación
Hermandad de San Benito

Se le da una importancia que no debería. En la prensa, cuando dan datos de la salida de una hermandad, con números de nazarenos, recorrido y más, aparece también el vestidor. Yo creo que esto se está yendo un poco de madre.

Debería de ser algo más callado y no tan público, como puede ser el trabajo de un capataz.
Yo visto a mis dos devociones, Encarnación y Regla, y a otras hermandades que me han tratado estupendamente. En esta labor se viven muchas experiencias, muy bonitas, especialmente en la etapa de Cuaresma.

Presumo de serlo y estoy orgulloso, pero eso no significa que uno lo vaya pregonando, ni tampoco en la prensa. Antes era una labor callada, y era mucho mejor.







10.- Hablamos de un arte cuando nos referimos al bordado pero, ¿Qué identifica a la obra del vestidor?¿Cree que está lo suficientemente reconocido o solo se acuerdan los cofrades cuando es el centro de la diana?

María Santísima de Regla
Hermandad de los Panaderos
Creo que hay una problemática grande. Cuando alguien es famoso, todo el mundo va a ese. Y por vender muchos discos no cantas mejor que nadie.

El problema de las hermandades, en algunos casos, buscan un vestidor reconocido o afamado para darle más relevancia a la Virgen. Cuando, creo yo, la hermandad es la que tiene que potenciar la devoción, el cuidado y el mimo a la imagen. Creo esta y la hermandad están por encima de la imagen del vestidor.

Los vestidores somos solo un granito de arena en la historia de una hermandad. Cuando visto a la Encarnación o a Regla, las miro a la cara y me pregunto “¿Cuántos ojos te han mirado y te han vestido?” Son muchos los siglos que tienen las imágenes. En el bordado pasa lo mismo.

¿Cuántas personas han vestido a la imagen de la Encarnación en toda su historia?

El mundo cofrade y la prensa, y sus amigos en ella, tienen la culpa de esto. Hay mucho que contar de cada hermandad, y no quién viste a la Virgen, año tras año. Debe ser algo más discreto.





11.- ¿Qué cree que es lo que más ha cambiado en cuanto a la moda o forma de vestir a una imagen en este siglo respecto al S.XX?

Las imágenes se visten por moda, claro. Han habido años en que las imágenes iban muy recargadas, se les suele llamar “ochenteras”, años en los que se miraba mucho a la Macarena, que ha sido siempre el referente.

A día de hoy ya va habiendo un poco de criterio, sin tener una referencia, si no buscando cada hermandad su estilo.

Hay muchos casos en que las hermandades, creo yo, no siguen mucha lógica. ¿Por qué una virgen alegre tiene que ir sobria? Ahora está otra vez extendida la moda de que si eres sobrio o serio, tienes más categoría, yo no estoy de acuerdo.

Me han criticado mucho por vestir de esta forma a la Virgen de la Encarnación, por que tiene una expresión muy dura. Es una hermandad de capa, con tres pasos alegres, de barrio… Desde chico la he visto así y así la quiero seguir viendo, es la idiosincrasia de cada hermandad. Este caso concreto, es una talla de mucha calidad, muy agradecida, y siempre resulta muy bien.




12.- ¿En qué se inspira a la hora de vestir a una imagen?

Para vestir a una imagen, que las hay de todas las calidades artísticas, lo importante en lo que uno se tiene que fijar es en las facciones y en el cuerpo de la imagen. El vestidor es un estilista.
El porte se lo das tú con la vestimenta, no hay que olvidar que la imagen es cabeza, manos y maniquí.

Con la manera de vestir hay que proporcionar a la imagen, como cuando tienen la cara más alargada o redondeada, el talle más alto, el cuello más o menos largo… Hay que ensalzar a las cualidades y tapar los fallos si los tiene. Tienes que sumar, no restar.





13.- ¿Cómo definiría su estilo como vestidor? ¿Qué toque personal considera que le da al vestir a una imagen?
María Santísima de las Angustias
Hermandad de los Gitanos (Madrid)

Me considero un vestidor de imágenes alegres, también lo hago con sobriedad claro, cuando llega octubre o alguna imagen que visto que van al pie de la Cruz.

Pero a mí me gusta más un tocado creativo grande, un manto recogido, la pose con los codos abiertos… Me gusta mucho el estilo de Garduño o Fernand, siempre referentes.

Me gustan los codos anchos, que la virgen diga “aquí estoy yo”. Me gustan alegres, valientes, que es lo que define a nuestra semana santa. Hay de todo, no le puedes poner velas rizadas a un palio de cajón, ni puede ir con sobriedad a una imagen como la Macarena en su palio.







14.- ¿Cree que aún le queda algún “sueño” por cumplir en relación con su carrera?

Claro, me quedan. Uno de mis sueños cumplidos, fue trabajarle a la Macarena. He trabajado con muchas y muy buenas hermandades. Mi mayor ilusión es que sigan confiando en mí. Tengo bastante trabajo, todos con la misma ilusión y empeño, y estoy muy contento con ellos.




15.- ¿Hay algún nuevo proyecto por acometer en este accidentado 2020?

Para 2020 ya tengo algunas cosas acabadas, otras que se han pausado, como la bambalina trasera de la hermandad de Alcalá de Guadaíra, el respiradero lateral de Castilleja de la Cuesta… Con esta situación, y el parón, han habido pérdidas económicas por lo que los estrenos van para largo y ya se irán haciendo poco a poco.








Entrevista por: María Cózar y Juanma Aedo